Durante el mes de mayo me dejé en manos de Almudena Caso (Las Cientovolando) y Pilo Gallizo en un taller de creatividad, fotografía y creación colaborativa a través de la percepción sensorial del cuerpo en la Harinera ZGZ.
Un taller que creaba momentos para nosotras, para volver a sentir el poder de la comunicación emocional y artística que tiene la fotografía. Una conciencia de nuestro cuerpo como motor de creación, donde la estimulación a través de diferentes actividades creaba un ambiente de experimentación que echaba de menos. Cuando «fotografías desde dentro» no existen discapacidades, no hay diferencias, no se necesita la vista exclusivamente… hay un sin fin de emociones que contadas desde dentro a través de lo que somos, son bonitas vengan de quien vengan.
Agradecida a estas dos personas y al resto de compañeros por descubrir nuevas cosas de la fotografía, que su poder nunca deja de sorprenderme.
Abajo, mi «autorretrato marciano».
«… el paso del tiempo no corre en la memoria inconsciente. El trauma y el dolor del pasado permanecen siempre; pero desde el presente y con otra mirada, la lectura puede ser diferente…» («La Fotografía como Diario de Vida» de Carmen Menéndez)
¡Con ganas de seguir experimentando! ¡A por nuevos talleres!
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