Somos: Cía Seón
El circo se ha hecho un hueco en el comienzo de esta temporada del Teatro de las Esquinas de Zaragoza. Cía Seon, la joven compañía formada por Daniel Esteban y Andreu Casadellá mostraron su primer espectáculo “Infinit”, dónde cuestionan los difusos comienzos y finales de todo lo que nos rodea. “Infinit” fue galardonado como “el mejor espectáculo de circo aragonés 2020” en los Premios Marcelino Orbés y tras un año lleno de cambios y aprendizaje, han demostrado gran valentía en continuar con su sueño, pudiendo mostrar al público de Zaragoza, las nuevas formas del circo contemporáneo.
Acrobacia, trapecio washington, clown, danza y música son los ingredientes de este remolino de humor y poesía. Unos personajes excéntricos y absurdos que buscan el final de su propio espectáculo. Su estupidez profundamente inteligente acabará cuestionando nuestra propia esencia. Pero ¿quién está detrás de este espectáculo de nuevo circo?
¿Cómo y cuándo se crea la compañía?
Dani: Coincidimos en la Escuela de Circo Carampa juntos del 2012 al 2014 y luego en la École supérieure des Arts du Cirque, ESAC del 2014 al 2017 pero no nos conocíamos previamente. Cuando terminamos la ESAC, durante ese verano, con un compañero de la escuela, comenzamos un espectáculo de calle. Fue nuestro primer proyecto fuera de la escuela. Nos llamábamos “Acrodepaco” y durante un verano hicimos una pequeña gira por Suiza, Francia y Alemania haciendo varios festivales de calle. La técnica que utilizábamos era portés acrobáticos a tres, verticales y banquina.
Andreu: Nos volvimos a encontrar en el Proyecto CRECE en el Teatro Circo Price de Madrid, pocos meses después. A final de este año hice una creación de 10 minutos para calle, que se llamaba “El número infinito” con el trapecio washington. Me lo pasé muy bien, y a finales del 2018 llamé a Dani para poder transformar la pieza de “El número infinito” en el espectáculo “Infinit”. Hicimos una primera versión junto a otra chica, con una estética diferente y una línea mucho más infantil. Era muy gracioso, pero existían algunas reticencias dónde no nos encontrábamos del todo dentro del espectáculo y nos costaba defender el proyecto. Así que a finales de diciembre del 2019 tuvimos una llamada, en la que decidimos formar la Compañía Seon, buscar residencias para poder trabajar bien nuestras ideas, cambiar completamente la estética, darle algo más contemporáneo pero siempre con esa idea de humor.

Cada uno, tiene una disciplina principal que no es muy común. ¿Cómo surge el desarrollar esa disciplina? ¿Fue la primera disciplina que elegisteis?
Dani: Durante la Escuela Carampa tocas todos los palos, es lo bueno de esa escuela. Yo entré haciendo telas, parkour y acrobacia y al final de la escuela, hice dos números: uno de acrodanza y humor y otro de portés con un compañero. En ESAC entré con portés pero al año y medio me separé de mi compañero. Tuve un par de semanas para pensar qué hacer, cómo aprovechar el máximo el año y medio que me quedaba de escuela, salir de ahí haciendo algo interesante y convencer a los profesores en una audición que tenía el nivel suficiente para poder quedarme.
Empecé a preguntar por Facebook qué podía hacer y tuve una reunión con la comisión de la escuela. Varias personas me enseñaron un vídeo de Tatiana Konoballs, pero no me veía haciendo antipodismo. Aún así, fui al gimnasio de la escuela a jugar un poco con las pelotas de pilates y mezclándolo con lo que sabía hacer. Me lo pasé muy bien y dije «vale, esto es lo mío».
Andreu: Yo entré en Carampa como portor de trapecio doble y ahí me incliné más por trapecio fijo y las verticales. Al llegar a la ESAC, en las mismas pruebas dije que lo que quería hacer era trapecio washington, aunque no lo había hecho nunca. Sabía que era una especialidad que se ve poco, pero yo estuve trabajando los tres años sobre esta disciplina y en cómo darle mi forma de entender el arte y el circo.

En vuestra web, describís vuestro espectáculo “Infinit” como, “parte de un concepto filosófico como es el infinito para reflexionar a través del surrealismo sobre los difusos comienzos y finales de todo lo que nos rodea.” ¿Cómo se lleva eso a escena? ¿Cómo lo reflejáis en vuestro espectáculo?
Andreu: Empezamos la creación reflexionando las formas de ver un espectáculo. Cuando vas a ver un espectáculo, pasan cosas todo el rato: entras en el teatro, te cruzas con gente, se apaga la luz, los artistas saludan y a veces salen a despedirse del público a la salida del teatro, al día siguiente sigo pensando en lo que he visto… Sentía que a veces, el olor de la persona que tengo al lado ya estaba formando parte del espectáculo que en teoría aún no había empezado. Para mí, no sé cuándo empieza y cuando acaba un espectáculo, todo es el espectáculo. Esto fue lo que me llevó a la idea de crear un espectáculo dónde no haya ni principio ni fin.
Y por supuesto trabajamos sobre el término infinito. Qué parte del infinito nos interesa más, qué punto de vista tenemos nosotros sobre el infinito. Por ejemplo, a la hora de una creación, las infinitas posibilidades que tienes para todo, nunca vas a terminar de probar todas las opciones que tienes de hacer cosas en escena. También trabajamos los conceptos atados al infinito. El infinito es todo y a la vez es nada. Y es precisamente este nada, lo que nos parecía más interesante en la dramaturgia. Cómo lo entendemos, qué es y de ahí observar como es todo.
Dani: La idea de que hay muchas cosas que ocurren simultáneamente todo el rato aunque aparentemente parezca que no está pasando nada, cómo lo es el movimiento de la tierra. Trabajamos con un matemático durante una residencia en Bélgica que nos dio mucho impulso. Nos dio una ponencia sobre el número infinito a nivel matemático y filosófico. Muchos conceptos y datos súper interesantes los cogimos para poder trasladarlos a escena, pero sobre todo cogimos su energía tan pasional al hablar del número infinito.

¿Por qué decidisteis dedicaros al circo? ¿Qué creéis que es lo que hace tan especial?
Andrew: Cuando era pequeño, tendría unos 8 o 9 años, me conecté a un canal de TV3 y me apunté en un programa dónde te preguntaban qué querías ser de mayor. Mi respuesta fue: yo de mayor quiero tener una moto y ser payaso sin fronteras. En bachillerato, tuvimos que decidir un tema para trabajar durante todo el año y yo decidí trabajar sobre el Circo Raluy y estuve viviendo con ellos durante un verano y haciendo pequeñas cosas.
Siempre había hecho teatro y en segundo de bachillerato decidí que quería estudiar una carrera de circo. Creo que el circo es una forma de moverse que rompe mucho con la forma “normal” de moverse o la forma que socialmente está aceptada. Y esta forma me gusta mucho.
Dani: A mi siempre me ha llamado mucho la atención la manera del circo de estar en escena y de la relación del artista de circo con el público, una comunicación directa. Yo he hecho teatro de pequeño, pero me aburría. Sin embargo en el circo veía cosas pasando todo el rato, la energía y la gente aplaudiendo y reaccionando a lo que estaba pasando… me gustaba mucho más.
Siempre me ha gustado tocar todos los palos, he hecho teatro, hip hop, danza clásica, canto… y en el circo puedes juntarlo todo y hacer todo lo que quieras. Lo que más me gusta es la libertad que te da el circo de poder hacer cosas vario pintas todas juntas.
2021 acaba de empezar ¿Qué le pedís a este nuevo año?
Seguir aprendiendo y evolucionando. Para la compañía, que todo con lo que respecta a la COVID19 se calme y tener posibilidad de mostrar el espectáculo. Después de una creación de dos años, tenemos muchas ganas de poder compartir con el público, así que espacios, momentos y oportunidades para poder disfrutarlo. Que mejore el estatuto del artista, que se pueda crear y se mejore. Que mejoren las condiciones, por lo menos que existan.
Para el circo aragonés, facilidades para que siga creciendo. A nivel estatal que se apueste de una manera más firme por el circo y las personas que quieran dedicarse de forma profesional, lo tengan más fácil y la solución no sea tener que irse a otros países. La falta de ayudas y espacios de creación es muy evidente y hace falta.